¿Debo vacunarme?
Pueden las vacunas inducir el Síndrome de Guillain
Barré
Una
vacuna es un compuesto farmacológico que tiene como finalidad estimular el
sistema inmune o sistema de defensa del cuerpo humano o de animales, para
que reaccione y se defienda contra un determinado agente
patógeno o enfermedad.
La
historia nos demuestra que hay vacunas que han sido y siguen siendo de
gran utilidad para prevenir algunas enfermedades. Sin embargo no
están exentas de riesgo para un grupo “susceptible” de la población
general (al que luego me referiré) y para toda la población cuando su
elaboración no ha seguido normas estrictas o cuando en su composición se han
introducido ciertas sustancias coadyuvantes (elementos que se agregan a la
vacuna para aumentar la respuesta del sistema inmune) o preservantes (sustancias adicionadas al
envase que contiene multidosis de una vacuna para evitar que estas
se "descompongan"),
o cuando no se han realizado los ensayos experimentales de rigor
científico que prueben la eficacia del producto y sus efectos secundarios, primero
en animales y luego en humanos, etc.
Lamentablemente,
las bacterias - sobre todo los virus - pueden mutar (cambiar su
estructura antigénica) de manera que una vacuna que hace algunos años nos proporcionaba
una adecuada seguridad para protegernos de una enfermedad. (por ejemplo, las
paperas) si la utilizamos ahora, no nos dará la protección deseada. Este
fenómeno ha sucedido en Norteamérica, donde una compañía farmacéutica ha sido
demandada por simular la
efectividad de una vacuna.
Pero
el problema es más serio. Para entender mejor por qué una vacuna puede
enfermarnos, vamos a recurrir a una vieja enfermedad, que fue motivo de que
muchos jóvenes padecieran del corazón o del cerebro: la fiebre reumática.
En
mis tiempos de estudiante de fisiopatología - curso en el que conté con
excelentes profesores - mi recordado maestro Dr. Jorge Suárez Loaiza hacía de algunos
temas áridos una verdadera poesía. Uno de los tópicos que le apasionaban en
grado extremo era el de la Fiebre reumática, asunto que, sin embargo no tiene
nada de árido.
El
repetía algunas frases de sus maestros mexicanos: “ La fiebre
reumática lame las articulaciones y roe el corazón”, porque el
paciente presenta inflamaciones que “saltan” de una articulación a otra
sin dejarles grandes daños, pero se ”comen” las válvulas cardiacas. Si la
situación no es tratada oportuna y adecuadamente, el enfermo es conducido a la
insuficiencia cardiaca y a la muerte. En algunos casos de estos, los médicos
pudimos observar, además disfunción cerebral que se manifestaba como corea
(Corea de Sydenham).
La fiebre reumática
solía aparecer principalmente en algunos miembros de familias que vivían
en las riberas de ríos y riachuelos, generalmente en condiciones precarias. El
paciente presentaba una infección faríngea (amigdalitis por infección de bacterias: estreptococos
beta hemolíticos).
El
sistema inmune o sistema de defensa, en un intento de controlar la infección
provocada por estas bacterias, produce anticuerpos que, por error , atacan
las estructuras de las articulaciones, de las válvulas cardíacas y de ciertas
zonas del cerebro, porque las confunden con las bacterias enemigas debido a la similitud en los
determinantes antigénicos o epítopes de las bacterias y de las estructuras
anatómicas citadas. Esto provoca inflamación en dichas áreas y destrucción de
tejidos en el caso de las válvulas cardiacas. Gracias a estudios
epidemiológicos y anatomopatolólogicos, se logró conocer lo que sucedía; y con
el uso de penicilinas de depósito u otros antibióticos se consiguió prevenir
las infecciones a repetición e impedir que se produjeran los daños antes
citados (gran éxito, sin duda de la epidemiología y de la medicina preventiva).
Un
ejemplo nos ayudará a entender uno de los riesgos de las vacunas: el Síndrome
de Guillain Barré y las neuropatías crónicas autoinmunes, que nos permitirán llegar
al punto hipotético que deseamos.
El
cuerpo humano se enfrenta a una noxa (agente patógeno que le agrede)
determinada, llámese virus, bacteria o vacuna y trata de defenderse produciendo
anticuerpos u otro tipo de reacción celular contra ella.
En
la mayoría de los casos, el objetivo del ”ejército defensivo del
cuerpo humano” logra su meta, controlar la infección viral o bacteriana; o consigue
la cantidad de anticuerpos deseados para evitar una infección, en el caso de
las vacunas. Esto
es lo que generalmente sucede cuando la eficacia y la seguridad de la vacuna han sido demostradas
científicamente, se ha fabricados según normas estrictas y se aplica en la población adecuada.
Pero
existe un grupo de personas que va a reaccionar de una manera distinta
debido a algunos de los siguientes
factores:
1) Formulación inconveniente de la vacuna, con
coadyuvantes o preservantes que provocan una verdadera esquizofrenia
inmunológica. como sucedió con los vacunados durante la guerra del Golfo Pérsico
(síndrome llamado, por sus siglas en inglés “ASIA”).
2) El afectado tiene un
sistema inmune hiper o
disfuncionante.
Estos
últimos individuos suelen ser llamados "atópicos"
porque presentan asma bronquial alérgica o alergia a medicamentos o sustancias
ambientales; han padecido, padecen, o tienen latente alguna enfermedad
autoinmune como la miastenia gravis, polimiositis, artritis reumatoide, lupus eritematoso
sistémico, esclerosis múltiple, polimialgia reumática, tiroiditis autoinmune, arteritis
de células gigantes, otras vasculitis, etc.
Es
habitual que estos pacientes sufran dos o más de estas enfermedades en el
transcurso de sus vidas. A
veces, el individuo afectado por una vacuna no tiene experiencias personales de
enfermedad autoinmune, pero sí existe ese antecedente entre sus familiares, lo
que sugiere un trasfondo genético del problema.
Pueden producir las vacunas, enfermedades
diferentes al Guillain Barré
Cuando
la reacción del cuerpo humano a la noxa (virus, bacterias o vacunas) se
manifiesta como una enfermedad sistémica (de todo el cuerpo) es posible que el
médico pueda medir la presencia de anticuerpos anormales en la sangre; pero
cuando la reacción ocurre en los nervios, la médula o el cerebro (sistema
nervioso), la comprobación de anticuerpos suele ser mas difícil, primero porque
las estructuras nerviosas tienen su propio sistema de defensa ( sistema
inmunológico), y segundo, porque la investigación en este campo
(neuroinmunología) no está tan desarrollada como para el resto del cuerpo.
En
la circunstancia del Síndrome de Guillain Barré, el detonante suele ser un virus, una bacteria
o una vacuna que estimula e hiperactiva el sistema inmunológico, como resultado
de lo cual provoca una “polimieloradiculoneuritis” (se afecta la médula
espinal, las raíces nerviosas y muchos nervios periféricos. Esta se manifiesta
como debilidad muscular progresiva, asociada en ocasiones a trastornos
sensitivos, dolor y disfunción del sistema nervioso autónomo; cuya consecuencia
son los trastornos cardiacos y de la presión arterial.
En
estos casos, un estudio neurofisiológico inmediato puede corroborar
el diagnóstico. Las personas con características de gravedad clínica o
electrofisiológica, deben ser tratadas a la mayor brevedad posible con altas
dosis de gammaglobulina durante cinco días. Sin embargo, no solo Síndrome de
Guillain Barré ha sido reportado después de una vacunación:, la lista de
enfermedades y síndromes nuevos es larga (los interesados pueden consultar mi
blog en Internet: debovacunarme.blogspot.com)
Algunas
personas me han preguntado en mi consultorio o por correo electrónico si
deben vacunarse.
Mi
consejo es el siguiente¨:Si existen antecedentes familiares o personales de
enfermedades autoinmunes, deben aceptarse las vacunas que sean estrictamente
necesarias para preservar la vida. Pero, además conviene estar
enterados de quien es el fabricante y haber leído el prospecto que trae la
vacuna.
Esta
pregunta se la hice recientemente a un catedrático británico inmunólogo, Su
respuesta fue que alguno de sus colegas les decían a los pacientes que si
visitaban un lugar de riesgo (por ejemplo Brasil), se alojaran en un buen hotel
y no visitaran zonas cercanas a la selva, obviamente para evitar la
vacunación contra la fiebre amarilla.
¿Cuál
es la pregunta que origina mi hipótesis?
Las
personas con antecedentes familiares o personales de enfermedades autoinmunes ¿tienen
una mayor posibilidad de desarrollar una complicación ante una vacuna?
Mi
respuesta es que sí, con base en mi
experiencia personal de treinta años como neurólogo y de los casos que estoy
recogiendo y documentando desde 1999. Sin embargo, para la medicina
basada en la evidencia, no son suficientes las experiencias
personales, ni los informes con un número reducido de casos. Para aclarar
adecuadamente este problema, deben realizarse estudios en poblaciones más
grandes y siguiendo un diseño y protocolo científico estricto. Además, estos
estudios deben ser dirigidos y ejecutados por personas cuya ética, moral y
honradez sean parte fundamental y comprobada en su vida profesional.
Por
lo anterior, concluimos que la decisión
política para introducir vacunas nuevas o vacunas viejas modificadas
deben basarse en estudios científicos y técnicos objetivos, realizados no solo en
el nivel internacional sino también en el local. Las vacunas no son buenas “per se”, discernir
cuáles son las necesarias para nuestra población y cuáles de las que
ofrece el mercado mundial representan el menor riesgo, es un deber de los que
ejercen el poder de decisión en este tema.
En
el ámbito individual, antes de decidir vacunarse, cada persona debe tener en
cuenta sus antecedentes personales y familiares de enfermedades autoinmunes y
la susceptibilidad propia a vacunas anteriores.
La
intención de este trabajo es dejar la duda, madre del conocimiento, como lo
planteara Hipócrates. En segundo lugar, despertar entre los miembros de las
universidades, la CCSS, el Ministerio de salud y la medicina privada, el deseo
de realizar investigaciones epidemiológicas y de dar seguimiento a las personas vacunadas.
En tercer lugar, conseguir que
las campañas de vacunación se realicen bajo consentimiento informado, orden que
dio la Sala Cuarta y que la CCSS no cumplió, basándose en una ley anticuada que
atenta contra los derechos humanos.
Dr. Gerardo Del Valle
Carazo. Cédula 1 0355 0393 Código Médico 1341
Médico Cirujano, Especialista en Neurología
y Medicina Interna
Centro especial Ramón y Cajal Madrid
España, Universidad de Costa Rica.
Sitios web: debovacunarme.blogspot.com perlasclinicas.blogspot.com